Las regulaciones de la ciudad de Nueva York relacionadas con el pago mínimo de los repartidores de comida que trabajan para aplicaciones entraron en vigor en diciembre de 2023. Ahora, seis meses después de que la norma entrara en vigor, tenemos un panorama más completo de los efectos nocivos en la economía de Nueva York, entre lo que se incluyen pérdidas enormes en los ingresos de las pequeñas empresas, y menos ofertas y oportunidades de ganancia para los Dashers.
Pérdidas devastadoras para las pequeñas empresas
Las plataformas de entrega les ofrecen a los restaurantes locales una oportunidad asequible y conveniente para aumentar las ventas y llegar a nuevos clientes, en especial, en la economía posterior a la pandemia. Sin embargo, en los cinco distritos, las pequeñas empresas que utilizan estos servicios de entrega están sufriendo pérdidas devastadoras debido a esta política, entre lo que se incluyen 850 000 órdenes menos y $17 millones menos en ingresos de lo que, de otro modo, habrían ganado en Marketplace de DoorDash en solo un período reciente de dos meses. El panorama de muchas de estas empresas es desalentador, ya que, durante el transcurso de un año, podrían no realizarse 5,5 millones de órdenes en la ciudad de Nueva York, lo que genera más de $110 millones en ventas perdidas de las tiendas.
Shuai Zhang es propietario de POPRICE, un moderno restaurante chino de comida para llevar en Queens, y dice que corre el riesgo de perder su negocio.
“El año pasado teníamos tres restaurantes y, desde septiembre, nuestros ingresos del servicio de entrega a domicilio bajaron más del 50 %. Entonces tuvimos que cerrar dos sucursales más. Teníamos un equipo de 25 personas, incluidos nuestros propios repartidores, un equipo de 25 empleados, ahora solo nos quedan cuatro”.
Menos potencial de ganancia para los Dashers
Los mismos trabajadores a los que se suponía que ayudarían estas regulaciones también están sufriendo. La menor cantidad de órdenes de los clientes de la ciudad de Nueva York significa menos trabajo para los Dashers, además de tiempos de espera más prolongados para las órdenes y cambios en las plataformas que, desafortunadamente, implican limitar la flexibilidad de la que muchos Dashers dependen.
Está claro que ser Dasher en la ciudad de Nueva York no es tan atractivo como solía serlo para algunos. La cantidad de Dashers nuevos en la ciudad de Nueva York ha disminuido un 20 % en comparación con la situación antes de que entrara en vigor la nueva tarifa de pago mínimo. Al realizar un análisis por distrito, los datos que se observan son aún más alarmantes.
William López, un residente puertorriqueño de Queens de 55 años, solía realizar entregas en DoorDash para complementar sus ingresos, pero ahora siente que la tarifa de pago mínimo les ha resultado contraproducente a los repartidores a los que se suponía que ayudaría.
“En este momento, con la nueva ley he perdido mucho dinero porque no recibo dinero como antes. Solía ser uno de Los mejores Dashers y ahora ya no puedo serlo porque solo hago 14 entregas por mes... La verdad es que no sé qué decir”.
¿Qué sigue en la ciudad de Nueva York?
Si bien el futuro parece incierto con respecto a cómo estas normas seguirán afectando a la ciudad de Nueva York, nos comprometemos a seguir trabajando con los legisladores locales, los defensores de la comunidad y las organizaciones comerciales para encontrar una solución que funcione tanto para los Dashers como para las tiendas y los clientes. Otras ciudades que promulgaron normas nuevas nociva similares ya están tomando nota y buscando realizar modificaciones para encontrar un equilibrio que funcione para todos, y esperamos que los legisladores de Nueva York reconozcan que esto no va a funcionar y que necesitamos buscar un nuevo enfoque.
