Hoy, el Departamento de Protección al Consumidor y al Trabajador anunció un estándar de ganancias mínimas profundamente erróneo para los trabajadores de entregas en la ciudad de Nueva York. Este es el resultado de una postura política y una decisión poco meditada que tomó el Ayuntamiento y que se ha visto agravada por un proceso de parte del Departamento de Protección al Consumidor y al Trabajador (DCWP).
La triste verdad es que tanto el Ayuntamiento como el DCWP han optado por ignorar las consecuencias no deseadas que causará esta política y el modo en que esta afectará a los propios trabajadores de entrega a domicilio que busca apoyar.
Como aclaramos repetidamente, para satisfacer estas nuevas demandas de tasa de pago mínima tan extrema, las plataformas como la nuestra tendrán que aumentar los costos en cada orden o reducir los servicios en la ciudad de Nueva York. Los impactos se sentirán en toda la ciudad: es posible que los Dashers vean menos oportunidades de trabajar cuando lo deseen, que los clientes no reciban órdenes y que se pierdan puestos de trabajo en los restaurantes locales, incluidos muchos en comunidades de bajos ingresos y comunidades de color.
El compromiso de DoorDash con los Dashers ha sido y siempre será inquebrantable, y no nos oponemos a un estándar de ganancias sensato que proteja la flexibilidad que los Dashers y los trabajadores de entrega a domicilio tanto valoran. Un aspecto fundamental del compromiso de DoorDash de hacer crecer y empoderar a las comunidades locales es ayudar a garantizar oportunidades de ingresos para todos los neoyorquinos.
En lugar de escuchar a los miles de Dashers y trabajadores como ellos en la ciudad de Nueva York que se manifestaron fehacientemente preocupados por la posibilidad de perder la flexibilidad que tanto valoran, el DCWP avanzó con una reglamentación que podría cambiar la economía local para peor.
Si bien las intenciones son buenas, la extrema tasa de pago mínimo anunciada hoy amenazará las oportunidades de ingresos para los miles de neoyorquinos que buscan formas alternativas de llegar a fin de mes, al mismo tiempo que aumentará los costos para los clientes, reducirá las órdenes de los restaurantes locales y otros negocios, y limitará los ingresos fiscales de la ciudad. La tasa de pago mínima supera con creces los estándares que se aplican a casi todas las demás industrias.
Debido a esta política mal meditada del Ayuntamiento y el proceso fallido que dio como resultado una reglamentación final de pago mínimo tan extrema, continuaremos explorando todos los caminos posibles, incluido el litigio, para seguir brindando apoyo a los Dashers y proteger la flexibilidad de la que dependen todos los trabajadores de entrega.
En pocas palabras: los Dashers, las tiendas y todos los neoyorquinos merecen algo mejor que políticas extremas como esta. La conexión que hoy ofrece DoorDash a los usuarios de nuestra plataforma podría tener un costo mayor mañana. Esperamos poder encontrar un camino que nos permita continuar prestando el mejor servicio posible a las comunidades en la ciudad de Nueva York.